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ENCUENTRO INTERDISCIPLINARIO SOBRE LA MUERTE

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¿Existen espacios de invocación?

¿Existen lugares especiales que facilitan la conexión con lo trascendental que escapa a nuestros sentidos ordinarios? La respuesta es sí, existen dichos lugares y son posibles de identificar.


Por Juan Crocco


A través de la historia, los humanos hemos sido capaces de identificar ciertos espacios sagrados que propician estados alterados de la conciencia, los que facilitan la comunicación con algo que se percibe como fundamental.


Estos estados alterados de la conciencia resultan ser una desviación en el nivel de excitación de nuestro sistema nervioso central respecto de un estado normal, que van desde el éxtasis místico (hiper-excitación) a estados meditativos de extrema tranquilidad (hipo-excitación)[1].


Un estado alterado de conciencia que se propiciaba en culturas ancestrales es el trance chamánico que logran ciertos miembros de la comunidad[2]. Este sería el origen de las religiones. El chamán, que tiene por objeto curar psicológica o espiritualmente a otros, experimenta cambios en la conciencia, experiencias místicas, sentimientos de des-encarnación o huida, o sentimientos de disolución del ego. El chamanismo resulta ser una clase de mediumnidad, pues se postula que el chamán es escogido por los espíritus, quienes le enseñan entrar en trance y transportarse a mundos celestiales o subterráneos.[3]


La experiencia mística es un estado alterado de consciencia donde se trasciende la conciencia intelectual sensorial y se puede llegar a percibir somos parte de un Uno. La sensación de estar ante una presencia trascendente o numinosa, puede dar un nuevo sentido a la vida y generar un cambio positivo en las actitudes.

Los estados alterados de consciencia traen consigo manifestaciones que son estudiadas por la parapsicología y que apuntan a que los estados de consciencia alterados son potenciados por las condiciones ambientales de un lugar, dando origen a lo que se reconoce como espacios sagrados. Ellos facilitan las experiencias místicas y otras manifestaciones paranormales como son las apariciones, que dan origen a los lugares encantados y las manifestaciones de espíritus guardianes (Genius loci).


Estados depresivos


Estudios señalan que las experiencias místicas son gatilladas por estados depresivos (la noche oscura del alma), por la oración o meditación, por la belleza natural o por la practica de cultos religiosos, como también por la estimulación sensorial y mental que provoca la música (percusión, cantos y danzas) y la ingestión de enteógenos[4]. Entre estos estímulos están los que se derivan de variables ambientales relacionadas al lugar.


Es así como de la revisión de 66 artículos especializados que investigan lugares encantados, destacan están asociados a variables ambientales que afectan al ser humano consciente o inconscientemente. Entre estos figuran elementos físicos o estéticos, como son la profusión de espejos; la iluminación que permite identificar imágenes a las que se da sentido; la calidad del aire por la existencia de hongos o CO2; el frío; la sugestión que provoca el infrasonido y los campos geomagnéticos[5].


Campos magnéticos


Lo interesante es que en esta revisión la mayoría de los estudios tienen en común la incidencia de campos electromagnéticos locales.


Los campos geomagnéticos se generan por el movimiento fluido del núcleo de hierro fundido de la Tierra. El campo geomagnético local es fluctuante y se ve afectado por la actividad sísmica a lo largo de zonas de fallas, la actividad eléctrica durante tormentas, las anomalías geomagnéticas que genera la presencia de minerales conductores en el área y los aumentos en la radiación cósmica debido a manchas solares, erupciones solares o fenómenos similares.


Se ha detectado que la actividad geomagnética tiene efectos sobre el ser humano, particularmente en relación a su salud cardiovascular y psiquiátrica. Es así como se han detectado relaciones con el nivel de ansiedad, la irritabilidad y estados emocionales negativos, la experiencia religiosa, las experiencias similares a las epilepsia, sueños extraños y los niveles de melatonina en el cerebro (glándula pineal).


Esto no solo afecta la salud, sino que tiene efectos sobre el fenómeno parapsicológico[6]. Así, las experiencias de telepatía o clarividencia tienen más probabilidades de ocurrir en días de baja actividad geomagnética, en tanto que las experiencias de poltergeist, psico-quinesis espontánea y apariciones tienden a ocurrir en días de alta actividad geomagnética.


De esta manera, el rendimiento de los experimentos en parapsicología parece estar relacionado con factores que co-varían con la actividad geomagnética, particularmente las pulsaciones geomagnéticas.


Un fenómeno relacionado es la radiestesia, donde los movimientos de las varillas empleadas por radiestesistas parecen estar relacionados con los cambios en la intensidad de los campos electromagnéticos. La detección de flujos de agua subterránea o vetas de minerales metálicos estaría relacionada con fallas geológicas y anomalías geomagnéticas[7].


En estudios de laboratorio, se ha podido detectar la respuesta del cerebro humano a rotaciones del campo geomagnético. Después de una estimulación geomagnética, se produce una caída en la amplitud de las oscilaciones alfa del cerebro durante cientos de milisegundos, lo que implica que el cerebro humano tiene células receptoras capaces de detectar las variaciones del campo geomagnético.


Las fluctuaciones en el campo geomagnético pueden hacer sentir presencias. En un estudio, 48 estudiantes universitarios fueron expuestos a pulsaciones de campos magnéticos débiles (100 – 1.000nT). Dos terceras partes de las personas expuestas a estos campos magnéticos reportaron haber sentido una presencia que los acompañaba en la experiencia. En tanto que dos tercios de las personas que no fueron expuestos no reportaron haber sentido dicha presencia[8].


Este fuerte vínculo entre el geomagnetismo y las experiencias paranormales parece estar asociada a la glándula pineal cuya actividad se ve afectada por el campo geomagnético, produciendo neuroquímicos endógenos psicoactivos (DMT) (fig. 1)[9].

Fig 1. Modelo teórico entre Geomagnetismo, glandula pineal, producción de sustancias psicoactivas endógenas y la experiencia Psi (Roney-dougal, et al (2010)

Esta reacción se da para un umbral magnético, lo que explica el porqué aparatos de imaginería médica que emplean magnetismo no afecten a las personas sometidas al exámenes médicos. Esta capacidad de detección del geomagnetismo está mediado por la existencia de cristales de magnetita en las neuronas y de criptocromos, que están relacionados al sistema óptico del cerebro.


De esta manera, se puede postular la existencia de espacios de invocación a lo numinoso que estarían mediados por fluctuaciones del geomagnetismo local. Estos espacios sagrados facilitan los fenómenos atribuidos a visitas de dioses, espíritus y otros fenómenos efímeros.



Bibliografía:

[1] Bourguignon (1973) A Framework for the Comparative Study of Altered States of Consciousness [2] Vitebsky (2001) Los Chamanes [3] Huels ER, et al (2021) Neural Correlates of the Shamanic State of Consciousness. Front. Hum. Neuroscience [4] Beugerard et al (2007) The spiritual brain. A neuroscientist´s case for the existence of the soul. [5] Dagnall et al (2020). Things That Go Bump in the Literature: An Environmental Appraisal of “Haunted Houses” [6] Cardeña, E (2015). Parapsychology. A handbook for the 21st century [7] Roney – Dougal et al (1990) Some Speculations on the effect of Geomagnetism on the Pineal Gland [8] Wang et al. (2019) Transduction of the geomagnetic field as evidenced from alpha-band activity in the human brain [9] Roney-dougal, et al (2010) The relationship between local geomagnetic activity, meditation and psi. Literature review and theoretical model



 

Juan Crocco Ábalos es ingeniero agrónomo. Cumple como director de la fundación Altura Patrimonio. Además es miembro de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía. Contribuyente a Pleistocene Coalition News.

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